Hoy os he preparado una Galette de melocotón y cerezas, en esta receta podéis usar una amplia variedad de frutas, de las que disfrutamos en la temporada de verano, como: melocotones, nectarinas, ciruelas, albaricoques y cerezas, con la ventaja de que podéis combinarlas a vuestro gusto.
Las galettes tienen su origen en la repostería francesa, se caracterizan por su aspecto rústico y no se requiere usar ningún tipo de molde para elaborarla. La base está elaborada con una masa quebrada, que se prepara con ingredientes muy sencillos, entre los que destaca la mantequilla, que le da su sabor característico y luego un relleno, en el que podemos usar diferentes frutas, algo de azúcar y un toque de vainilla o alguna especia, como la canela y en poco tiempo, podremos disfrutar de esta maravilla de receta.
Por supuesto, que podéis preparar la galette usando masa quebrada o masa de hojaldre, de la que venden en el supermercado, pero os aseguro, que vale la pena invertir un poco más de tiempo y preparar la masa en casa. El sabor será mucho mejor y de paso, aprenderemos a preparar un tipo de masa, que podremos usar en diferentes tipos de tartas, porque es la misma que se utiliza para hacer pies, como por ejemplo, el famoso pie de manzana.
Esta galette de melocotón y cerezas, se puede tomar templada o fría y ya que estamos en verano, acompañarla con una bola de vuestro helado favorito o con un poco de yogur griego, con cualquiera de estos acompañamientos quedará fabulosa.
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1. Tamizamos la harina y la mezclamos con el azúcar y la sal. A continuación, agregamos la mantequilla muy fría cortada en cubos y comenzamos a mezclar con los dedos, hasta que tenga consistencia de migas. Es muy importante que la mantequilla esté bien fría, para que no se funda al momento de mezclarla, si tenéis demasiada temperatura en la cocina y notáis que afecta a la consistencia de la mantequilla, es preferible, poner el recipiente en la nevera 15 minutos para que se enfríe nuevamente la mezcla y repetir el procedimiento, hasta tener la textura buscada.
2. En seguida agregamos la mitad del agua y mezclamos para que los ingredientes se integren y podamos formar una bola, pero lo más aconsejable es no amasar la mezcla demasiado. Según se requiera, agregamos un poco más de agua, hasta que podamos formar la bola. 3. Aplanamos ligeramente la bola de masa y la envolvemos en film transparente y la llevamos a la nevera como mínimo una hora o la podéis preparar la noche anterior (que es lo que he hecho yo) y dejarla reposando en la nevera.
4. Si habéis preparado la masa la el día anterior, cuando vayáis a preparar la galette, sacáis la masa de la nevera y la dejáis reposar a temperatura ambiente 5 minutos, ahora que estamos en verano, no hace falta esperar más tiempo.
5. Espolvoreamos con harina la superficie en la que vamos a trabajar la masa y con ayuda de un rodillo, también enharinado comenzamos a estirarla desde el centro hacia afuera, para ir dándole forma redondeada y vamos espolvoreando harina con cierta regularidad, para que no se pegue, hasta que tenga un tamaño aproximado de 38-40 centímetros de diámetro. No os preocupéis, si la forma de la masa, no os queda del todo redondeada. Una de las ventajas de este tipo de receta, es que tienen un aspecto rústico, así que una forma perfecta, no es demasiado importante.
6. Os cuento la técnica que yo utilizo, espolvoreo con bastante harina la superficie comienzo a estirar la bola, hasta que duplica aproximadamente su tamaño, espolvoreo la superficie de la masa con harina y le doy la vuelta, es decir la parte que estaba en contacto con la superficie de trabajo, pasa a estar arriba, espolvoreo nuevamente con harina y sigo trabajando, hasta tener el tamaño que busco.
7. Cuando la masa está lista, la llevamos nuevamente a la nevera, mientras preparamos el relleno. Podemos ponerla sobre una bandeja con papel de hornear y cubrirla con otra lámina de papel de hornear o la espolvoreamos con harina y la enrollamos ligeramente y la envolvemos con papel de hornear y la ponemos sobre una bandeja y la llevamos a la nevera.
1. Lavamos los melocotones y los cortamos en láminas no muy gruesas, de alrededor de medio centímetro aproximadamente.
2. Lavamos las cerezas y las deshuesamos. Para esta receta, no le quite el hueso a las cerezas y esto hizo que conservaran perfectamente la forma y quedaron con un delicioso sabor al hornearse. Pero advertí a todos los comensales (adultos todos) para que no fueran a tener ningún incidente. Aunque si la receta la van a probar niños, por seguridad, recomendaría quitar los huesos.
1. Precalentamos el horno a 180º C ( 350 Fº) con calor arriba y abajo.
2. Sacamos la masa de la nevera y la ponemos en la bandeja que vamos a llevar al horno, en la cual hemos puesto, papel de hornear.
3. Al poner el relleno, debemos tener en cuenta, que debemos dejar un margen de alrededor de 4 ó 5 centímetros, que es la parte de la masa que replegaremos sobre la fruta.
4. En primer lugar, esparcimos sobre la superficie la galleta triturada, a continuación espolvoreamos de manera uniforme las dos cucharadas de harina fina de maíz (Maizena) y la mitad del azúcar que hemos mezclado con la cucharadita de semillas de vainilla. La finalidad que cumple está capa de galleta y maizena, es absorber los jugos de la fruta mientras se cuece y dar un sabor y textura especial al relleno, así la masa no se humedece en exceso.
5. En seguida, ponemos las láminas de melocotón comenzando desde el centro, hasta cubrir toda la superficie (excepto el borde) y distribuimos las cerezas, para que den un toque de color.
6. Finalmente, doblamos el borde de la masa sobre el relleno, formando pequeños pliegues y podemos pintarlo con leche o huevo batido para que tome color al hornearse. Para terminar espolvoreamos el resto del azúcar sobre la fruta y los bordes de la masa.
7. Llevamos al horno por espacio de 25 a 30 minutos, hasta que veamos que los bordes están dorados. Es importante no poner la bandeja en el centro del horno, sino un poco más abajo, porque el calor debe concentrarse en hornear la masa, la fruta se cuece más fácilmente.
8. Cuando esté lista la retiramos del horno y la dejamos templar, se puede disfrutar, aún estando un poco caliente (si no podéis esperar para probarla) o fría. Si queréis darle un toque de brillo adicional, a la superficie de la fruta, podéis pincelarla con un poco de mermelada ligeramente disuelta en agua.
Si tienes cualquier duda sobre esta receta puedes escribirme. Debajo de la receta encontrarás la sección de comentarios, estaré encantada de responder a tus inquietudes.
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